[ Euforia ]

Hay veces que uno espera algo con ganas; un evento, una noticia, un resultado, a una persona... Es increíble la euforia que algunos cargan en sus cuerpos, el miedo de otros, los nervios. No hay sonrisa más verdadera que la que se forma cuando ese momento llega, la alegría, los nervios, el miedo y la euforia contenida estallan cuando lo que esperábamos ocurre, cuando lo que viene es bueno.
Un beso, una lágrima, una caricia, todo tiene su momento y todo tiene su lugar; no hay lágrima más verdadera que la que cae en un funeral, no hay beso más verdadero que uno de amor y no hay caricia más perfecta que la de una madre a su niño.

Ese sentimiento que nos apura el ritmo cardíaco no es malo, con esa intensidad se debe sentir y es bueno que cosas así pasen de vez en cuando...

[ Ojo por ojo y el mundo quedará ciego ]

Es feo el sentimiento de cargar con una mala noticia, pero es peor no poder hablarla con nadie. Tener que ser el fuerte cuando necesitas ser el consolado es lo que lleva a dormir varias noches con una almohada mojada. ¿Y qué si pudiésemos evitar las malas noticias del mundo? ¿Y qué si hiciéramos oídos sordos ante ellas? Alguien dijo una vez "Si la vida fuera fácil, no sería divertida". Están quienes dicen que es mejor una dura verdad ante una mentira consoladora, yo creo que depende de la situación; ¿De qué te sirve una buena mentira si es vivir en fantasía? Es preferible un poco de anestesia, respirar profundo y que la verdad fluya, lenta y sincera, sin apuros ni golpes. Todos tenemos derecho a saber cosas que queremos pero quizás a la vez NO queremos saber. Las malas noticias no son píldoras depresivas, sólo que algunas personas se lo toman muy a pecho. Pasar malos momentos y echarse a llorar siempre resulta más fácil que vivirlo y encontrarle un lado positivo; sin embargo ese lado SIEMPRE está, para los valientes que se animan a buscarlo.